«Mi hermano tiene autismo», y «El armario de Manuel», cuentos para que los niños entiendan este trastorno

“Mi hermano tiene autismo” es un cuento pensado para que los niños puedan entender mejor estos trastornos. La presencia en la familia o en el entorno de un niño con un trastorno de autismo o, en general con un problema de desarrollo, puede resultar difícil de comprender y asumir.
Para los niños, los cuentos, son un elemento didáctico fundamental que les permite interiorizar las situaciones y adaptarse a ellas con más facilidad que si simplemente les tratamos de explicar. Sobre todo el público central son los hermanitos de un niño con autismo y trata de responder a sus preguntas, sus dudas y sus temores, de forma que lo puedan entender. Sin embargo “Mi hermano tiene autismo“ es un instrumento pedagógico que será muy util también para los niños que comparten su vida con compañeros o familiares con autismo, o sencillamente, para explicar mejor a nuestros hijos la diversidad y mostrarles como aceptarla.
El cuento va dirigido a los niños de 4 y 5 años, pero también a los padres y maestros, presentando de un modo sencillo y empático la realidad de aquellos que no se comportan de un modo que calificaríamos de “normal”.
Para los padres y maestros también sera útil, pues muchas veces ellos mismos desconocen este problema a fondo y se encuentran desbordados buscando explicaciones comprensibles para los pequeños.
Además de “Mi hermano es autista“ hay otros cuentos con temática similar que iremos mostrando en Bebés y más. Este problema es cada vez más común y ayudaremos mucho a los niños, tanto a los que lo padecen como a los que no, haciéndolo visible y comprensible.
Un cuento sobre autismo y lenguaje: “El armario de Manuel”
El lenguaje de Manuel es como un armario, en él no sólo almacena palabras, sino algo mucho más importante, almacena el significado de un mundo que le resulta caótico debido a su Autismo. Un mundo que todos los que le rodeamos nos esforzamos en poner a su altura, lo hacemos accesible y provocamos las oportunidades necesarias para que poco a poco, Manuel llene su armario.
En el armario de Manuel hay palabras, imágenes y frases enteras que le lee mamá en los cuentos o que dijo Bob Esponja.
Cuando una situación es nueva, Manuel busca desesperado y no encuentra las palabras, entonces se enfada. Los demás nos angustiamos porque no tenemos la llave de su armario, muy pacientes atendemos su llanto, y prudentes intentamos poner palabras a sus pensamientos para que Manuel pueda guardarlas en su cada vez, más completo armario.
Cuando Manuel asocia la situación que está viviendo a una palabra, la saca del armario y nos la regala en maravilloso y esperanzador sonido para nuestros oídos. Agradecidos aplaudimos su esfuerzo y él nos sonríe.
Cuando una palabra le gusta mucho, Manuel la saca del armario muchas, muchas veces porque le gusta jugar con los sonidos, los encoge, los alarga, los aumenta, disminuye, los susurra y los canta… hasta que al final nada se parece a la expresión inicial. Alrededor de Manuel todos nos divertimos con este juego y hablamos este idioma diferente.